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Semana Santa desde Sevilla

   

jueves, 18 de diciembre de 2008

UNA REFLEXIÓN

Yo de pequeña era una estudiante del montón, en ocasiones mala, pero muy constante con mi obligación muy claramente expuesta por mis padres. Muchas veces no me interesaba lo que se daba en clase y andaba en mis nubes. Pero,fijaos,dentro de mi pequeño "infierno" infantil hubo una anécdota que marcó mi trayectoria. Ocurrió en clase de Ciencias en sexto de bachillerato. Una profesora tan exigente que nunca ponía un 10.Decía que el 10 era laperfección y que nadie podía llegar a eso. Un día me sacó a la pizarra. Yo casi no había estudiado,cosa aunque me averguence, bastante habitual, pero esta vez se mostró más paciente, se olvidó del libro y comenzó a hacerme preguntas de su cosecha. Me observaba con atención y me planteaba preguntas ligadas a mi percepción de la biología y a mi mundo interior, por otro lado lleno de interrogantes e idealismos.Yo lecontestaba temerosa,hasta que el interrogatorio se fue haciendo más profundo y comencé a notar que podía responder a cualquier cuestión. Eso sí, a mi manera. La profesora (Doña Carmen) se dirigió a la clase y comentó : "Ya sabéis que yo nunca pongo un 10, pero si Fabre me contesta a una última pregunta , haré una excepción". Me temblaban las piernas , ¿un diez a mí? Eso era imposible.Pero contesté.La profesora, entonces, me mandó a mi sitio con un diez como una catedral. Pues fijaos, ese diez único fue mi fuerza, mi sentir que había un espacio en el que yo podía ser extraordinaria, en el que encontraría cobijo y el respeto de todos.

En los colegios rige la uniformidad. No se suele valorar lo mejor de cada criatura. Porque todo niño es el mejor en algo. El mejor en dibujo, en elctura, en contar historias, en hacer el pino o en imaginar en sueños. Todo ser humano es grande en algo, y eso es lo que hay que encontar.Esto es lo que le va a dar su lugar en el mundo. El fracaso es el sistema. Ese empeño en que todos sean ases en lo mismo. El fracaso es el de una educación ciega ante el talento esencial de cada uno.

Esta reflexión es, en especial, para los papás de una niña que acaba de empezar a leer antes que sus compañeros HURRA POR ELLA Y POR SUS PAPÁS. ¡¡¡ENHORABUENA, ERES ESPECIAL¡¡¡

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