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Semana Santa desde Sevilla

   

sábado, 8 de agosto de 2009

Es Acojonante o simplemente una idiotez.

He leído la noticia de que: ”Un grupo de musulmanes residentes en comarcas leridanas como Segarra o Urgell y, al parecer, también en la propia capital, se han dirigido a sus respectivos ayuntamientos para exigir que las piscinas municipales segreguen debidamente a los hombres y a las mujeres (con dos cojones) o para que, al menos, exista un horario especial mediante el cual las mujeres musulmanas, las suyas, puedan bañarse al abrigo de miradas de hombre alguno, musulmán o no”. Como dijo el otro: ¡manda huevos!.

Pero al fin y al cabo, estas pretensiones que plantean, son coherente con el islam teórico y con sus prácticas sociales en los países en los que impera. Algunos alcaldes se han adelantado a responder muy educadamente que no es posible ya que la Constitución no permite ese tipo de segregaciones y que lo más que pueden hacer es limitar esa separación a los vestuarios.

Lo que me llama la atención, es el envalentonamiento y descaro con el que plantean reivindicaciones, que ni por asomo contemplarían a la inversa en sus lugares de origen, lo cual, es consentido por la actitud tolerante de muchos partidarios del multiculturalismo. Sera por la tan traída y llevada “alianza de civilizaciones” desde la descerebrada exigencia de estos colectivos de musulmanes, ninguno de los líderes sociales que tanto velan por laicismos militantes y otras muestras de anticatolicismo, ninguno, ha abierto su boquita de piñón, ni siquiera el colectivo de feministas. Ninguna de estas valerosas “soldados” de la igualdad, ha mostrado su solidaridad con las mujeres musulmanas que tienen que bañarse con hábito y a las que pretenden encerrar en una piscina solitaria para que se refresquen.

Yo me pregunto qué ocurriría si algún día un musulmán obtuviera una alcaldía en esas comarcas: a no ser que lo impidieran determinados resortes legales, nos tendríamos que tragar dobladas sus pretensiones. ¿Es ese un escenario posible? Gran pregunta sin respuesta clara.

Si no somos tajantes en la defensa de nuestros valores y se juega con gilipolleces de alianzas, de multiculturalismos, de ‘tolerancias’, de ‘talantes’ y de legislaciones especiales en función de cómo se inclina uno al rezar, estamos perdidos. Así que espabilen todos esos vigorosos custodios del laicismo. Tienen una oportunidad magnífica para elevar su protesta por las pretensiones de este puñado de majaretas residentes en Lérida. Demuestren su valentía y su celo. A ver si hay cojones, que aún no han dicho ni esta boca es mía. Y si no, ya sabemos. A bañarnos con turbante todos y por separados.

Los que tienen que adaptarse al llegar a un nuevo país son los inmigrantes, no los nativos, y si no les gusta, que se vayan. Estoy harto de que este pais siempre se esté preocupando de no ofender a otras culturas o a otros individuos.

Nuestra cultura se ha desarrollado a lo largo de los siglos, no hablamos árabe, chino, ruso, japonés, ni ninguna otra lengua. Por lo tanto, si los inmigrantes quieren convertirse en parte de esta sociedad, ¡que aprendan nuestro idioma y se adapten a nuestras costumbres!'

Los españoles toleramos vuestras creencias, pero teneis que aceptar las nuestras para poder vivir en armonía y paz junto a nosotros, este es nuestro país, nuestra patria, y estas son nuestras costumbres y estilo de vida. Permitimos a todos que disfruteis de lo nuestro, Os recomiendo que aprovecheis la gran oportunidad de libertad que teneis aqui, cosa que en la mayoria de vuestros paises careceis. ¡Aquí tenéis el derecho de iros a donde más os convenga! A quienes no les guste cómo vivimos, tienen la libertad de marcharse. Nosotros no los obligamos a venir. Ustedes eligieron emigrar aquí, así que ya es hora de que acepten al país que los acogió.

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